Comencé a caminar para acompañar al sol de la calle. Percibía tactos en el aire que pasaban desapercibidos para el resto de las personas. Me sentí única bajo aquellos rayos de luz. En la plaza, volvían a soñar los pintores con rostros anónimos, una nueva mezcla de sensaciones para el paladar de los ojos. La llegada de una nueva mirada me hizo interrumpir el paseo.... Una chica permanecía inmovil, mirándome fijamente a diez metros de mi asombro. La chica desapareció entre la gente, yo no conseguí moverme. No es que ella se fuera demasiado pronto, es que yo no me iba nunca...Sin calcular la ausencia de palabras... sonreí.
Hace tiempo que no disfruto de la lluvia, de cómo las gotas se pierden entre las baldosas del suelo. Hoy hace sol, también se agradece cerrar los ojos y disfrutar de su calor, de la forma tan dulce con la que se posa en la piel. Me gusta observar a la gente cuando estan en la plaza. Nadie se para los segundos excesivos a observar los lienzos, se empeñan en varolar la obra con ojos de turista. Entre tanto grito, escuché el susurro de los sueños. Tenía cuerpo de mujer y con sumo interés fundía la mirada con la de aquellos cuadros. Mi momento fue aquél en el que todas las sensaciones llegaron a su rostro y me devolvió la mirada... comencé de nuevo a caminar y desde lejos observé que continuaba quieta sobre las baldosas. " Volveré a ti si me haces alguna señal" pensé..... y.... sonrió.